jueves, 19 de febrero de 2015

Mi (ex)musa

Querida (ex)musa, te dedico este manuscrito para decirte…

Que aún recuerdo cuando tu traslucida espalda era ese folio vírgen en donde mi dedos danzaban y escribían todos los versos mudos que mi boca callo.

Que aún recuerdo como tu tenue piel era el lienzo en blanco en el cual se dibujaba el tacto que un día compartimos.

Que aún recuerdo como aquellos viejos muelles que chirriaban y los húmedos  gemidos  que se escapaban del cielo de tu boca eran la única música y compañía que teníamos en las ardientes y desnudas noches de insomnio y guerra.

Que aún recuerdo aquella extraña fragancia que surgía de la mezcla de las botellas de alcohol barato a medio consumir y del roce de nuestros cuerpos privados de toda razón y lógica humana, los cuales habían sucumbido a nuestros instintos más perversos y lascivos.

Que aún recuerdo como rompimos todo pretexto y prenda que nos cubría, como derrumbamos todas nuestras diferencias y las barreras que nos separaban, y adoptamos nuevas posturas para comprendernos… y follarnos aún mejor de lo que ya sabíamos hacer.

Que aún recuerdo como fuimos dos “pseudopoetas”  creando la lírica más bella,  jamás escuchada, con la única fricción de nuestros desenfrenados y consumidos cuerpos.
Que aún recuerdo como aquel último portazo,  que bailaba un acelerado tango en los últimos días de abril, guillotino todo lo que un día fuimos. Y lo más importante... convirtiéndonos en el olvido y la demencia de  todos nuestros recuerdos.

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